Beneficios del sentido del humor en el aula

Beneficios del sentido del humor en el aula

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El sentido del humor es una herramienta de inteligencia emocional que bien utilizada puede ayudar a afrontar y superar nuestros problemas y dificultades. Todos somos conscientes que reírnos es algo sano y que pone a funcionar ciertos músculos que raramente usamos en nuestra vida diaria, pero como cualquier otro ejercicio necesitamos practicarlo, cuánto más nos riamos más fácil será provocar la risa.

 

Educar con el humor como herramienta

Cuando defendemos el sentido del humor del profesorado en el aula, nos referimos a un sentido del humor constructivo: una actitud flexible y positiva ante la vida, que libera la mente, proporciona alivio emocional en momentos adversos y conecta a las personas. Ron Burguess, en “Escuelas que ríen” considera fundamental para los docentes comprender que la risa puede ser un elemento esencial para el aprendizaje,  porque crea un ambiente idóneo para la enseñanza y nos reta a combinar la risa y aprendizaje en la enseñanza ofreciendo “149 propuestas para incluir el humor en las clases”.

La energía emocional que proporciona el humor en el aula tiene importancia no sólo para el que aprende, sino  también para el que enseña, afirma el psicólogo Jesús Garanto en sus investigaciones. La aplicación del humor en las aulas de clases puede ser utilizado como una estrategia de transición, mejorar la asignatura o incluso como un método de simpatizar con los estudiantes, afirma el autor Hill.

 

Sentido del humor positivo y negativo

En la consideración del humor hay que abordar diferentes aspectos: -Cognitivos: procesos mentales que conllevan la percepción, comprensión, apreciación de incongruencias humorísticas. -Emocionales: sentimientos de diversión y placer que proporciona. -Conductuales: expresión facial, risa, postura corporal. -Psicofisiológicos: cambios en patrones cerebrales, secreción de hormonas. -Sociales: contextos sociales donde se produce una situación humorística. Filósofos como Nietzsche reconocen la risa como “aquello que permite al pensamiento serio desprenderse de sus límites y alcanzar lo “impensable”, lo que no puede ser pensado”. El humor como estrategia educativa, permite a los estudiantes ser más receptivos, revela el lado humano del profesor y aunque sea temporalmente, libera al estudiante de ansiedades. También permite al estudiante la posibilidad de equivocarse y de no sentirse avergonzado por hacer preguntas aparentemente tontas. Son muchos los estudios que informan de los beneficios del sentido del humor y de la risa sobre la salud mental y física, pero hay que señalar que sólo parece beneficiar a la salud del ser humano el humor positivo. El sentido del humor positivo, es el que busca provocar la risa propia o ajena sin ofender o agredir a nadie, distinto de un sentido del humor negativo, que busca provocar la risa incluso a costa de los demás. Algunos de estos beneficios son:

 

Beneficios del humor en el aula

  • Mejora nuestra motivación y comunicación. La motivación es nuestro motor de acción y la risa promueve este motor.
  • Estimula la creatividad y el aprendizaje. Nos ayuda a recordar el lado positivo de la vida, el sentido del humor crea recuerdos agradables para ser evocados en el futuro.
  • Favorece la socialización. Las personas con sentido del humor transmiten “buen rollo” y consiguen producir a su alrededor un efecto magnético. 

 

Cuando las empresas tienen que elegir un formador, seleccionan a la persona que tiene más conocimientos en la materia que hay que impartir. Es responsabilidad del formador, enseñar y hacer del aprendizaje una experiencia memorable, por lo tanto la puesta en práctica de sus cualidades son determinantes para que una sesión presencial tenga éxito. Si la estrategia a utilizar se basa en el formador como único emisor del mensaje (lección magistral) se debe poner especial cuidado en que el alumno perciba todo el contenido de la manera más clara y rápida posible, facilitando la comprensión y la aplicación práctica de los contenidos expuestos. Para conseguir esto tendremos que sacar el máximo partido de todos los elementos de la comunicación que tenemos a nuestro alcance, ya sean verbales o no verbales. A menudo pensamos que el buen formador es el que más cantidad de conocimientos almacena en su cabeza, cuando normalmente solo necesita un 10% de los mismos, pero sí que precisa un 100% de capacidad docente para transmitir dichos conocimientos a sus alumnos. Dejemos fuera las preocupaciones del día y aprendamos a disfrutar de aquello que es capaz de provocarnos una carcajada, pues el sentido del humor es una virtud que fomenta un mayor bienestar y disfrute de la vida, e incluso, el crecimiento hacia una mayor humanidad.  

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