¿Te gustan los animales en geenral o los perros en particular y quieres trabajar con ellos? ¿quieres saber qué podrías aprender en un curso de adiestramiento canino? Adquirir práctica con los perros es de vital importancia a la hora de ejercer una futura profesión de adiestrador canino, por ello, es recomendable no quedarse solo con la parte teórica y elegir un centro que ofrezca la posibilidad de poner a prueba todo lo aprendido.
Hoy traemos la experiencia de Eva Cadenas, quien estudió adiestramiento canino en Implika y posteriormente realizó sus prácticas en Grupo Bravel, un centro de Madrid con más de 20 años de recorrido y especialista en adiestramiento canino en positivo.
¿Qué es la educación en positivo? La educación en positivo es el conjunto de técnicas para educar, corregir problemas de conducta o adiestrar a un animal de forma amigable, sin utilizar métodos que incluyan malestar, dolor o miedo para el can.
Primera semana: toma de contacto
Durante la primera semana los alumnos tuvieron la oportunidad de acercarse a los perros, a las problemáticas existentes y conocer de primera mano las herramientas de trabajo: “vimos el distinto tipo de material, como correas o collares. Paseamos algunos perros y les enseñamos a que fueran a nuestro lado. Además, varios compañeros llevaron a sus respectivos perros y hemos intentado solucionar entre todos algunos problemas”, explica la alumna.
Segunda semana: el vínculo
Para el perro, como animal social que es, el vínculo o relación con su guía es una de las partes de mayor importancia en su vida. En esta ocasión, según cuenta Eva, “estuvimos trabajando el vínculo con los perros, cómo hacer que estuvieran atentos a nosotros y cómo aprenden a interpretar lo que queremos de ellos”. Este factor es muy importante para problemas habituales a los que se enfrentan los propietarios, como por ejemplo, los miedos y fobias específicos, como el miedo a los ruidos.
Tercera semana: entrenamiento básico
Eva y sus compañeros pudieron practicar las distintas poses y órdenes básicas con los perros, sentado, tumbado o de pie, y además de ello vieron “una muestra de entrenamiento deportivo y defensa canina”.
Cuarta semana: defensa y rastreo
Los perros pueden ejercer funciones especiales gracias a sus instintos, ya sea para trabajar como perros de rescate, asistentes de personas dependientes o para realizar exhibiciones deportivas (competiciones Agility), por ello, los alumnos también tuvieron “una clase teórica de trabajo deportivo, de defensa y rastreo”.
Última semana: obediencia y repaso final
“En la última semana paseamos a los perros con los que teníamos un mayor vínculo para ver el progreso que habíamos hecho, practicamos las poses y tuvimos una clase teórica de obediencia”, concluye Eva. Realizando un balance final, considera que “las prácticas son muy buenas para comenzar a tener trato con los perros”.
Si te gustaría tener una experiencia como la de Eva, infórmate sobre nuestro curso de Adiestramiento Canino o sobre cualquier otro del área veterinaria. ¡Te esperamos!